La anticipación al ciclo vital como ventaja competitiva del producto
La vida en cualquiera de sus manifestaciones se compone de diferentes estados. Si la naturaleza la podemos expresar en sólido, líquido y gaseoso, así como las combinaciones e interacciones de cada una de estos estados, los seres humanos también somos un continuo interactuar que nos convierte en un dinámico ciclo vital.
Somos devenir continuo, estamos compuestos, como ya hemos dicho, por ciclos vitales, ya sean biorritmos de origen genético o turbulencias basadas en factores exógenos que condicionan y determinan nuestros actos.
Todo ese reflejo de lo que somos se condensa en estados de ánimo, que al igual que los estados de la materia en la naturaleza están en continuo proceso de cambio y evolución.
Desde nuestro nacimiento, los factores exógenos, localización geográfica, desarrollo personal, status, y más fenómenos causales a los que estamos sometidos, provocan esa perturbación de la misma forma que los mercados financieros provocan caos o bonanza en las cotizaciones bursátiles de un valor.
Cada uno de nosotros estamos marcados por 4 componentes:
- Componente físico.
- Componente emotivo.
- Componente intelectual.
- Componente social.
Estos 4 pilares nos acompañan desde el nacimiento hasta la muerte. Por supuesto, cada una de ellas está en continuo cambio. Pertenecemos a la naturaleza y a ella nos debemos y por ella nos regimos aunque seamos osados muchas veces de retarla o llevarle la contraria.
Todos y cada uno de nosotros somos en si un ciclo vital, sufrimos fluctuaciones en las 4 componentes debidas al paso del tiempo. No somos ajenos a la naturaleza física. A pesar de esta premeditación desde nuestro nacimiento, esa serie en el tiempo que es la vida propia de cada uno, no es un fenómeno determinista, estático o inmóvil. Muy al contrario, es movimiento continuo, cuantas veces nos preguntamos porque hay días que nos sentimos más apagados o con menos fuerzas ante la vida, ya sea por circunstancias dramáticas que nos acaecen o simplemente porque nuestro cuerpo y nuestro estado de ánimo necesita hacer un reload para tener las baterías llenas para seguir en la vida. Si pintásemos todo eso en un diagrama de serie temporal y analizásemos a posteriori el pasado encontraríamos muchas justificaciones sobre hechos y circunstancias que en su momento no eran del todo comprensibles, justificables o entendibles.
La dificultad radica obviamente en predecir comportamientos, y si esos comportamientos son a futuro la dificultad crece exponencialmente.
Fourier, Matemático francés del siglo XIX, fue pionero al intentar hablar el idioma de la naturaleza y explicar de forma numérica y matemática fenómenos tales como entender los ciclos de los días y de las noches en la naturaleza, el ciclo de las estaciones, etc.
Hoy en día tenemos Big Data, Machine Learning, Inteligencia artificial, palabras todas ellas bajo el amparo del mismo paraguas, la transformación digital de las sociedades, de las personas y de la información. Esos ciclos de los que hemos hablado ahora son modelizados de manera matemática en forma de anticipación a necesidades pendientes de ser satisfechas. Es como un gran hermano que lo que pretende es servir de nexo y vinculación nata entre el cliente y la empresa.
La empresa desea formar parte del entorno del ser humano, de sus ciclos, de sus reacciones, de sus variaciones, es por ello que buscamos el determinismo en la mayor aleatoriedad que existe: el comportamiento humano sujeto a innumerables variables exógenas y endógenas. La búsqueda de la anticipación al ciclo vital como ventaja competitiva ante el ciclo del producto, el viaje del consumidor, la satisfacción y la lealtad.
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