10 reglas para el cuidado emocional en la cuarentena
Y así, de pronto, nos tuvimos que ir a casa, y se crearon cordones
sanitarios que cerraron ciudades… Aunque era de esperar, en
verdad, no lo esperábamos y nos vimos enfrentamos al miedo, a la
incertidumbre y otros yerbajos.
Este tiempo de incertidumbre, en el que la realidad nos supera y
todo parece derrumbarse, puede ser el tiempo de la reflexión, el
aprendizaje y la reconexión. Puede ser la oportunidad de crecer.
En esta prueba radical -que no elegimos-, la historia nos fuerza a
estar presentes y a decidir cómo enfrentar lo que viene; porque
uno -o una- no siempre elige sus circunstancias, pero siempre
puede elegir cómo enfrentar los desafíos que suponen esas
circunstancias; siempre puede buscar -y ojalá encontrar- el centro
imperturbable dentro de sí, y el regalo oculto que nos ofrece cada
experiencia.
Este es el tiempo de guardarse, y tomar distancia física; pero es
también cuando podemos estar más unidos, acrecentar el vínculo
-en la acción y en la omisión-: en la crítica contenida al hijo que
interrumpe la reunión de teletrabajo buscando sus lápices; en la
colaboración a la vecina anciana; en el acompañar a nuestra pareja
en su carga; en la llamada de apoyo a un amigo angustiado;
incluso, en el privilegiar los pequeños negocios del barrio.
No elegimos esto. Pero podemos elegir cómo vivirlo. Porque este
tiempo, sigue siendo nuestro tiempo.
Para la mayoría no ha sido fácil; el no saber qué hacer lo hace más
duro, y el silencio aún más; así que hemos recopilado material
circulante en las redes, para rescatar los elementos esenciales que
nos ayuden a llevar este tiempo de mejor manera; e iremos
entregando pequeñas guías en las semanas que vienen, para
ayudarles a llevar de mejor forma esta etapa. Es nuestra manera de
decir que estamos en cuarentena, pero ESTAMOS.
Para enfrentar este periodo, tenga en mente que, como ha sucedido con otras situaciones difíciles (individuales y colectivas) que hemos vivido, la primera estrategia de enfrentamiento es la actitud positiva. ¿Basada en qué? No en un falso optimismo, sino en la convicción interna de que todo cambio, por difícil que sea, siempre trae una oportunidad para seguir aprendiendo y avanzando como personas y como sociedad. Para ser mejores. La experiencia nos enseña que todas las cosas pasan, el Covid-19, también pasará. Así que, para ayudar y ayudarnos, necesitamos fortalecer nuestras emociones, base del sistema inmunológico; así, viviremos este tiempo en mayor armonía y reforzaremos nuestras defensas.
Asuma la realidad y dispóngase a lo positivo
Estamos asustados, y es comprensible: esto, no lo habíamos vivido, nadie sabe cómo se debe actuar. Pero hay un miedo sano, que nos lleva a la prudencia: a quedarnos en casa, a lavarnos las manos con regularidad, etc. Y un miedo que es tóxico: que nos lleva a la histeria colectiva, a las compras compulsivas o al insomnio. Diferenciar estos miedos es clave. Para distinguirlos, pregúntese: ¿tengo certeza de que esto pueda pasar? Si la respuesta es sí, piense en estrategias de enfrentamiento en su ámbito de acción; si la respuesta es no, deséchelo como fantasía. Si está en un momento de alta vulnerabilidad emocional, pida ayuda a un profesional.
Haga un buen uso de la información
Seleccione cuándo, cuánto y cómo informarse. Dedíqueles el tiempo justo a las noticias y hágalo en medios oficiales y fiables. No crea todo lo que ve en las redes sociales ni comparta información de la cual no tiene certeza. Evite la sobrecarga informativa que además de negatividad, genera dificultades para discriminar lo real de lo falso y nos conduce a la paranoia y el desasosiego. En especial, mantenga a los niños poco informados. Sólo lo necesario y en términos sencillos.
Mantenga el contacto social
Dentro de lo que la situación permite, cuide y -si puede- refuerce los vínculos. Mantenga una distancia social (más de 1,5 metros) entre personas, pero no se aísle en lo afectivo. Si no hay más personas en su casa, hable por teléfono o por la ventana…haga un café por videollamada. En fin, el que quiere, busca la manera; el que no, busca una excusa.
Use bien su tiempo libre
Estos días se pueden utilizar positivamente para: leer, cocinar, ordenar o aprender a tocar un instrumento. Existen muchísimas actividades on line gratuitas tal como la Biblioteca pública digital (www.bpdigital.cl); así mismo, el Metropolitan Opera House de Nueva York ofrece sus óperas vía streaming. También puede hacer una visita virtual al Museo del Prado, al Vaticano o a la Capilla Sixtina. Si le gusta el ballet, sin código de vestuario, entre en el #MunicipalDelivery. Esto le ayudará a estar entretenido y aumentará su satisfacción personal. Si quiere hacer un curso on line, las universidades chilenas han liberado 32 cursos gratuitos durante la cuarentena. (https://eleternoestudiante.com/chile-cursos-online-gratis-2020/)
Planifique la nueva situación
Con la cuarentena, la vida se modifica de manera sustancial. Céntrate en lo que sí puede hacer y no en las limitaciones. Busque soluciones, centrándose en elementos objetivos. Planifique en la medida de lo posible. Para quienes viven con otras personas, es importante consensuar normas, comprender las necesidades de los demás y respetar tanto espacios como tiempos. Con los niños, además de sus clases y tareas, resulta útil apuntar todas las ideas de cosas para hacer en casa en una pizarra, cartulina o en una hoja visible para todos. También puede ayudar escribir un cronograma o gráfico de división de espacios y tareas.
Calmar las emociones
Procure darse un espacio para la introspección y la reflexión, bases del aprendizaje. La tristeza que a ratos nos envolverá, es lo necesario para movernos a reconsiderar las situaciones y favorecer el crecimiento interior. No la rehúya ni le tema. Procure no reaccionar frente a la irritabilidad del otro, a la respuesta desafortunada o la mala cara: todos estamos tensos. Mientras mayor la flexibilidad para aceptar las emociones negativas, sin responder de mala manera, más pronto se diluyen.
Mantenga la actitud
Oriéntese hacia lo bonito, positivo y agradable. Ponga su atención en descubrir la belleza que guarda escondida este momento. Sea gentil y coopere con las personas que necesitan ayuda. Dele espacio al mundo espiritual: medite, rece. Haga silencio interior. Si no puede ir afuera, vaya adentro. Haga un listado de todo lo que puede agradecer, aun en estas circunstancias… verá que es mucho. Hágala cada noche.
Mantenga la actividad física.
Haga estiramientos, camine por la casa, suba y baje escaleras -si las hay-, baile. Sentir que nos cuidamos aumenta nuestra percepción de control y satisfacción, y la actividad física, libera endorfinas que reducen el estrés, y mejoran el ánimo. Tome Sol, aunque sea por la ventana. Y mantenga una dieta equilibrada. Duerma el número de horas adecuado (ni menos, ni más) y en los horarios correspondientes.
Establezca rutinas y planes diarios.
Realice y cumpla planes cada día, verá que logra sensación de control y normalidad. (Incluya el ejercicio y el autocuidado en sus metas). Prémiese al cumplir los objetivos. Intente mantener rutinas y horarios, dentro de lo posible; pero sin rigidizarse. No descuide su higiene y cuidado personal si está solo (si hay más personas, menos) y recuerde sus medicaciones si las tiene prescritas.
Evite pensar en plazos y fechas
Reestructure sus rutinas y procure ajustarse de forma amigable a este nuevo escenario. Plantéese que va a volver a la normalidad en más tiempo del que se señala, así evitará angustias y decepciones.
Para enfrentar este periodo, tenga en mente que, como ha sucedido con otras situaciones difíciles (individuales y colectivas) que hemos vivido, la primera estrategia de enfrentamiento es la actitud positiva. ¿Basada en qué? No en un falso optimismo, sino en la convicción interna de que todo cambio, por difícil que sea, siempre trae una oportunidad para seguir aprendiendo y avanzando como personas y como sociedad. Para ser mejores. La experiencia nos enseña que todas las cosas pasan, el Covid-19, también pasará. Así que, para ayudar y ayudarnos, necesitamos fortalecer nuestras emociones, base del sistema inmunológico; así, viviremos este tiempo en mayor armonía y reforzaremos nuestras defensas.
Asuma la realidad y dispóngase a lo positivo
Estamos asustados, y es comprensible: esto, no lo habíamos vivido, nadie sabe cómo se debe actuar. Pero hay un miedo sano, que nos lleva a la prudencia: a quedarnos en casa, a lavarnos las manos con regularidad, etc. Y un miedo que es tóxico: que nos lleva a la histeria colectiva, a las compras compulsivas o al insomnio. Diferenciar estos miedos es clave. Para distinguirlos, pregúntese: ¿tengo certeza de que esto pueda pasar? Si la respuesta es sí, piense en estrategias de enfrentamiento en su ámbito de acción; si la respuesta es no, deséchelo como fantasía. Si está en un momento de alta vulnerabilidad emocional, pida ayuda a un profesional.
Haga un buen uso de la información
Seleccione cuándo, cuánto y cómo informarse. Dedíqueles el tiempo justo a las noticias y hágalo en medios oficiales y fiables. No crea todo lo que ve en las redes sociales ni comparta información de la cual no tiene certeza. Evite la sobrecarga informativa que además de negatividad, genera dificultades para discriminar lo real de lo falso y nos conduce a la paranoia y el desasosiego. En especial, mantenga a los niños poco informados. Sólo lo necesario y en términos sencillos.
Mantenga el contacto social
Dentro de lo que la situación permite, cuide y -si puede- refuerce los vínculos. Mantenga una distancia social (más de 1,5 metros) entre personas, pero no se aísle en lo afectivo. Si no hay más personas en su casa, hable por teléfono o por la ventana…haga un café por videollamada. En fin, el que quiere, busca la manera; el que no, busca una excusa.
Use bien su tiempo libre
Estos días se pueden utilizar positivamente para: leer, cocinar, ordenar o aprender a tocar un instrumento. Existen muchísimas actividades on line gratuitas tal como la Biblioteca pública digital (www.bpdigital.cl); así mismo, el Metropolitan Opera House de Nueva York ofrece sus óperas vía streaming. También puede hacer una visita virtual al Museo del Prado, al Vaticano o a la Capilla Sixtina. Si le gusta el ballet, sin código de vestuario, entre en el #MunicipalDelivery. Esto le ayudará a estar entretenido y aumentará su satisfacción personal. Si quiere hacer un curso on line, las universidades chilenas han liberado 32 cursos gratuitos durante la cuarentena. (https://eleternoestudiante.com/chile-cursos-online-gratis-2020/)
Planifique la nueva situación
Con la cuarentena, la vida se modifica de manera sustancial. Céntrate en lo que sí puede hacer y no en las limitaciones. Busque soluciones, centrándose en elementos objetivos. Planifique en la medida de lo posible. Para quienes viven con otras personas, es importante consensuar normas, comprender las necesidades de los demás y respetar tanto espacios como tiempos. Con los niños, además de sus clases y tareas, resulta útil apuntar todas las ideas de cosas para hacer en casa en una pizarra, cartulina o en una hoja visible para todos. También puede ayudar escribir un cronograma o gráfico de división de espacios y tareas.
Calmar las emociones
Procure darse un espacio para la introspección y la reflexión, bases del aprendizaje. La tristeza que a ratos nos envolverá, es lo necesario para movernos a reconsiderar las situaciones y favorecer el crecimiento interior. No la rehúya ni le tema. Procure no reaccionar frente a la irritabilidad del otro, a la respuesta desafortunada o la mala cara: todos estamos tensos. Mientras mayor la flexibilidad para aceptar las emociones negativas, sin responder de mala manera, más pronto se diluyen.
Mantenga la actitud
Oriéntese hacia lo bonito, positivo y agradable. Ponga su atención en descubrir la belleza que guarda escondida este momento. Sea gentil y coopere con las personas que necesitan ayuda. Dele espacio al mundo espiritual: medite, rece. Haga silencio interior. Si no puede ir afuera, vaya adentro. Haga un listado de todo lo que puede agradecer, aun en estas circunstancias… verá que es mucho. Hágala cada noche.
Mantenga la actividad física.
Haga estiramientos, camine por la casa, suba y baje escaleras -si las hay-, baile. Sentir que nos cuidamos aumenta nuestra percepción de control y satisfacción, y la actividad física, libera endorfinas que reducen el estrés, y mejoran el ánimo. Tome Sol, aunque sea por la ventana. Y mantenga una dieta equilibrada. Duerma el número de horas adecuado (ni menos, ni más) y en los horarios correspondientes.
Establezca rutinas y planes diarios.
Realice y cumpla planes cada día, verá que logra sensación de control y normalidad. (Incluya el ejercicio y el autocuidado en sus metas). Prémiese al cumplir los objetivos. Intente mantener rutinas y horarios, dentro de lo posible; pero sin rigidizarse. No descuide su higiene y cuidado personal si está solo (si hay más personas, menos) y recuerde sus medicaciones si las tiene prescritas.
Evite pensar en plazos y fechas
Reestructure sus rutinas y procure ajustarse de forma amigable a este nuevo escenario. Plantéese que va a volver a la normalidad en más tiempo del que se señala, así evitará angustias y decepciones.
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